La piel es un elemento que aporta seguridad, identidad y estética, y que debe ser cuidado y protegido con esmero. Nuevos tratamientos para los nuevos retos estéticos y dermatológicos de este verano.
Contenido
Un órgano más
Frente a lo que comúnmente se podría pensar, la piel es también un órgano del cuerpo, de hecho es el mayor de nuestro organismo. Es fácilmente comprobable si tenemos en cuenta su extensión y que, en definitiva, prácticamente toda la superficie de nuestro cuerpo está recubierto por ella. Gracias al papel que desempeña la piel, el ser humano dispone de una auténtica barrera separadora y diferenciada entre el exterior y el resto del organismo; una barrera que cumple importantes funciones de control de la temperatura del cuerpo humano, protección frente a la luz solar, así como de puerta casi infranqueable frente a bacterias y microorganismos.
Nuestra piel, al igual que el resto de nuestros órganos, tiene vida propia y vinculada al resto de nuestro organismo. Tiene capacidad para crecer, para renovarse, e incluso, para envejecer, de tal forma que nuestra piel dispone de unas características en el momento en que nacemos que, sin embargo, son diferentes y van variando a medida en que nuestro cuerpo va creciendo y por ende, deteriorándose. Es por ello que, a pesar de su aparente fortaleza, la piel requiere de una serie de cuidados que no se pueden dejar al azar.
La piel frente a la cultura del bronceado
Son muchas las vicisitudes que la piel debe atravesar durante la vida del ser humano, pero es posible que haya pocas como el efecto de los rayos ultravioletas sobre la misma. Este reto es, si cabe, más importante de cara al verano, época en la que las horas de exposición frente al sol son exponencialmente mayores respecto al resto del año, pero también sin perder de vista el contexto actual, más proclive a una piel bronceada.
Disfrutamos más de las horas de sol, lo cual viene incrementado por el hecho de vivir en un país cuya latitud, espacios y paisajes, permiten disfrutar de amplias jornadas soleadas y, por tanto, de alto riesgo para nuestra piel. Pero a ello hay que sumarle la actitud cada vez más favorable hacia una piel bronceada, que sin duda incrementa el periodo de exposición al que anteriormente hicimos referencia. El resultado que arroja la combinación de estos dos elementos estructurales es una mayor erosión sobre nuestra piel durante los meses de verano y más allá de los mismos.
Nuevos tratamientos
A pesar de todo ello, cada vez es mayor la concienciación de la sociedad sobre la importancia de mantener un cuidado exhaustivo de nuestra piel, ello para prevenir enfermedades y otros elementos poco estéticos como las manchas. Si bien durante mucho tiempo la cultura popular creía en la impotencia de los protectores para mantener la protección de la piel y a la vez garantizar un magnífico color de la misma, parece evidente que dicha concepción ha quedado reducida al menos a la categoría de mito. Es por ello que productos como Bronz Repair Sunkissed favorecen la protección solar, hidratación y bronceado seguro de la piel, lo cual se produce a través de un tratamiento perfectamente diseñado aplicado en zonas específicas como el rostro o el cuello y que arroja el resultado de una piel firme, luminosa y protegida a través de una acción unificadora y optimizadora del bronceado, que previene el “fotoenvejecimiento” y corrige los signos de la edad. A ello se le une el color bronceado tan característico que proporciona este producto, lo cual permite concentrar en una sola combinación hidratación, protección y un color perfecto para el verano.
De esta manera, podrás disfrutar de tus exposiciones al sol con el menor riesgo para tu piel y obteniendo siempre los mejores resultados de color, hidratación y firmeza. Con estos nuevos tratamientos, tanto si te encuentras disfrutando del sol en una playa paradisiaca como de una intensa jornada veraniega de deporte al aire libre, ya no tendrás que preocuparte por la salud de tu piel, pues ésta estará garantizada gracias a estos innovadores tratamientos.