¿Has observado alguna vez la cantidad de envoltorio que incluye un perfume alta cosmética? Un bote de 75 ml de perfume está guardado en una caja de plástico que es tan grande como la propia botella. A su vez, el plástico y la botella están protegidos por un trozo de cartón ondulado que está insertado en otra caja de cartón envuelta por una película de plástico cerrada con un adhesivo de papel.

Se suman un total de cinco envases añadidos para proteger un producto que hacen que esto sea el summum del envoltorio superfluo. Y muchos de estos envoltorios o cajas protectoras son, además, de un solo uso, lo que implica un alto impacto ambiental. Y los perfumes son solo un ejemplo de los muchos que existen con envoltorios excesivos y superfluos.

Por este motivo, y sumando dos fenómenos al alza en los últimos tiempos, muchas empresas están introduciendo cambios en la presentación de sus productos. Ya no incorporan tanto plástico, sino que optan por envases metálicos originales y muy coloridos que, tras su uso como elemento protector, pueden tener una segunda vida.

El objetivo con esta práctica es subirse a la ola del unboxing y  apostar por la sostenibilidad, pero todo ello asociándolo a la mejora del branding y la reputación de esa marca.

¿Qué es el unboxing y por qué está tan de moda?

El unboxing, también conocido como unpacking, es el fenómeno que consiste en sacar de su paquete original un producto y sus accesorios. En realidad el proceso da más nombre a mostrar el hecho de abrir el paquete que a la acción en sí.

La moda de abrir o desempaquetar se ha vuelto muy popular en los últimos años debido a la acción de muchos influencers en redes sociales, que enseñan con este gesto los productos que promocionan a través de sus perfiles.

Los factores que explican el éxito del desempaquetado se deben al interés de los espectadores en conocer realmente qué trae el paquete y cómo es el producto, ver los productos que se han adquirido y comprar estos productos con otros similares.

La repercusión del unboxing es tal que esto ha llevado a muchas empresas a mostrar también interés en el propio empaquetado. Así, ya no solo es relevante el producto y los accesorios, sino como viene envuelto.

De ahí que acudir a envases metálicos o cajas metálicas vintage tenga un doble propósito, incidir en esta práctica del unboxing e introducir una imagen positiva de la marca. Ya no solo se preocupa por el cliente al ofrecer productos de calidad también envueltos en paquetes o cajas agradables, sino que son envases reutilizables que combaten el uso incontrolado de recursos.

Mejorar el branding ofreciendo una imagen de sostenibilidad

El uso de envases metálicos es una idea que goza de mucha popularidad, pues se incide en los dos fenómenos que comentamos: la apuesta por la sostenibilidad y la posibilidad de que el cliente adquiera algo más que el propio producto.

Estos envases son 100% reciclables, respetuosos con el medio ambiente y además, van más allá del reciclaje, pues sus diseños personalizados hacen que puedan tener una segunda vida. De este modo ya no son solo envoltorios de protección, sino elementos que se pueden reutilizar.

En las 3R del ecologismo, el reciclaje es la tercera, y por lo tanto, la menos aconsejable. Antes de ella están la reducción y la reutilización. Es en la reutilización donde juega un papel fundamental esta idea de envases reciclados. Además, a esto se suma la apuesta por la calidad, pues los envases metálicos están certificados por normas internacionales que garantizan la durabilidad de estos productos.

Vivimos en una era que favorece el consumo, pero al mismo tiempo estamos inmersos en una crisis ambiental de gran impacto. Optar por envases de este tipo, que son personalizables, reutilizables y reciclables, es una fórmula que puede ayudar a las empresas a mejorar su imagen de marca.

Cajas metálicas para recuperar la fiebre por lo vintage

Al unboxing y la sostenibilidad se suma también la idea de lo vintage. Por lo general, lo que nos recuerda al pasado nos trae buenos recuerdos. No es que sea así, se trata de un proceso mental que activa únicamente o de forma prioritaria los recuerdos positivos.

Las empresas que apuestan por estos envases buscan también incidir en esa idea. ¿Quién no ha visto en casa de su abuela o de algún familiar la clásica caja metálica circular propia de galletas de mantequilla?

Lo vintage está de moda, como lo sostenible, de ahí que esta idea de cajas metálicas esté atrayendo a tantas empresas. Un modo de cautivar a los clientes también mediante el envase, y no solo con el producto. Crear comunidad y preservar el medio ambiente, sin necesidad de hacer uso de tanto envoltorio superfluo.

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