El fútbol es uno de los deportes de referencia en nuestro país, es un romance centenario difícil de explicar con argumentos puramente racionales. En todos los municipios encontramos escuelas o clubes deportivos de primer nivel que intentan formar al Sergio Ramos o Andrés Iniesta de la futura generación.

Es muy fácil encontrar informaciones relativas al fútbol: webs monográficas con noticias de actualidad, programas televisivos, debates, casas de apuestas y sus predicciones… la enumeración es infinita. Normalmente analizan temas mucho más superficiales que no entran a analizar la vida diaria de los futbolistas en cuanto a su estilo de vida o sus hábitos diarios. Si nos fijamos por ejemplo en su alimentación, podemos extrapolar algunos elementos a nuestro día a día que pueden ayudarnos a sentirnos mejor y a mejorar también nuestro rendimiento en otras disciplinas deportivas.

La dieta de los jugadores se fundamenta básicamente en una mezcla equitativa entre hidratos de carbono y alimentos proteicos. No quiere decir que una dieta tenga que elaborarse analizando solo estas dos variables, pero en relación a la práctica deportiva y concretamente la futbolística, estos serían los dos elementos piramidales.

Los hidratos de carbono aportan una gran cantidad de energía a nuestro organismo. Es uno de los nutrientes más energéticos que existen y se encuentran presentes en una gran cantidad de alimentos; el sistema digestivo convierte estos hidratos en glucosa. Buena parte de ellos se almacenan por ejemplo en los músculos, esperando a ser quemados cual combustible si practicamos alguna práctica deportiva. En relación a los carbohidratos existen dos clases bien diferenciadas: los simples y los complejos.

Los carbohidratos complejos disponen de un valor nutricional mucho más alto que los simples y sus vitaminas asociadas tardan más en asimilarse, por lo tanto, dispondremos de más energía en un lapso de tiempo mucho más prolongado. Todo se basa en su estructura molecular. Algunos de los alimentos que disponen de carbohidratos complejos son por ejemplo la pasta, el arroz o algunas legumbres, como es el caso de las lentejas, un producto con muchísimos beneficios. Consumir hidratos de carbono antes de los partidos ayudará a mejorar el rendimiento deportivo y aguantar mucho mejor los 90 minutos, alargando la aparición del cansancio físico y disponiendo de un buen rendimiento en los instantes finales de los enfrentamientos.

El segundo elemento nutricional al que hemos hecho referencia son las proteínas. Este elemento nutricional ayuda a recuperar el tejido muscular y lo hace crecer. Tienen una incidencia directa en la práctica deportiva. Es recomendable ingerir alimentos proteicos después de la práctica deportiva. Del mismo modo que sucede con los carbohidratos, también existe una división que los agrupa, pero esta vez hace referencia a su origen natural. Encontramos las proteínas vegetales, que estarían presentes en las verduras, los frutos secos o algunos tipos de legumbres; y también las proteínas animales, que como su propio nombre indica provienen de otros seres vivos. Carne, pescado, o algunos de los derivados lácteos existentes… hay mucha variedad donde elegir. Estos alimentos se pueden consumir después de los partidos y ayudan a recuperar fuerzas después de un duelo exigente.Consumid alimentos que contengan carbohidratos y proteínas, y la preparación para la próxima batalla será mucho más óptima.

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