Desde sus inicios, el mundo de la papelería no ha dejado de innovar. No obstante, en los últimos años, lo ha hecho de modo vertiginoso gracias al diseño gráfico, que ha sido uno de sus grandes aliados. El resultado son vistosos productos, que además de mantener la utilidad para la que fueron creados, proponen una estética muy llamativa, con la que podemos trasmitir mucho más. Un caso concreto muy ilustrativo son los sobres: comprar sobres rojos para nuestro destinatario no tendrá el mismo significado que si enviamos el contenido en sobres de color ocre o grisáceo. Los mensajes que trasmitimos simplemente cambiando la estética de un sobre son, así, enormes. Por ello, es esencial distinguir bien su significado y los códigos que van parejos a ellos.

La necesidad de comunicar y comunicarse ha estado siempre presente en la vida del ser humano y una de las vías que predominó en largos periodos históricos fue a través del carteo. Aunque hoy en día recibimos muchas cartas que no esperan respuesta, como por ejemplo las facturas, cartearse -esto es escribirse cartas de manera recíproca-, es un hábito muy presente para muchas personas que aglutina dos componentes muy fuertes y emotivos: una muestra de cariño y un espacio abierto a la creatividad. De hecho, si promovemos entre nuestros hijos el conocimiento de las cartas desde que son pequeños, les estaremos abriendo una ventana gigante a la imaginación, a la creatividad y a las letras.

El conocimiento de las cartas desde que son pequeños

Una carta sin un sobre no es nada; y viceversa. Por eso, y gracias a la gran oferta de posibilidades que tenemos en el mercado, elegir el sobre que más se adecúa a nuestra carta y, en definitiva, a nuestro mensaje, es una tarea tan emocionante como prolongable en el tiempo. Para facilitarnos el proceso y, sobre todo, acertar con nuestro sobre, es importante que tengamos en cuenta al menos los siguientes aspectos:

  • El color: es sin duda una de los primeros aspectos que nuestros ojos perciben. Y con el color, llegan a nuestro interior un inmenso mundo de interpretaciones y sensaciones. Si por ejemplo debemos enviar una carta informal, es aconsejable que nos vayamos a tonos sobrios, dejando la innovación cromática para ocasiones más personales y emotivas. Los tonos fuertes, arriesgados, pueden ser ideales para una carta de amistad o de amor. En cambio, si no tenemos dicha confianza con el destinatario siempre podremos decantarnos por los sobres blancos o grises.
  • La textura: otro de los aspectos con los que podemos “jugar” es la textura y un buen ejemplo son los sobres de textura rugosa. Cuando acudimos a un enlace o una conferencia, los sobres rugosos aportan ese toque de elegancia tan necesario.
  • El tamaño: vendrá condicionados por el contenido del interior del sobre, y siempre es aconsejable que se adapte a él.
  • El material: hoy en día encontramos sobres en formatos novedosos. Acolchados, con forma de bolsa, con burbujas protectoras, de papel reciclado, entre otros. Cada uno de estos elementos nos ayudará también a trasmitir nuestro mensaje: nuestro respecto por el medio ambiente si elegimos el sobre de papel reciclado, con forma de bolsa si queremos dar rienda suelta a la creatividad, etc.

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