Un esguince de tobillo es una lesión bastante común que afecta con mayor frecuencia a deportistas, aunque todos estamos expuestos a sufrir un esguince en nuestro día a día. La causa principal de dicha lesión consiste en lo que los médicos y fisioterapeutas denominan una inversión, el giro del pie, hacia dentro o hacia fuera, por debajo de la pierna.
Este tipo de lesión aparece como consecuencia de un aumento de tensión en los ligamentos presentes a nivel del tobillo. Dichos ligamentos, que son nexos o transiciones entre hueso y hueso, tras una inversión en el pie, suelen resentir todo el impacto de la caída y el peso de la persona, por lo que se genera el desgarre o esguince en el tobillo.
Estos desgarres en los ligamentos varían según su gravedad pudiendo ser calificados desde grado I hasta el grado III. El grado I corresponde a una lesión leve en la cual el ligamento solo se ha estirado y presenta pequeñas rupturas. El grado II corresponde a una rotura parcial del ligamento y el grado III a una rotura total del mismo. Veamos cómo se diagnostica esta lesión.
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Diagnóstico del esguince de tobillo
Debido a que es una lesión común, los esguinces suelen ser diagnosticados con facilidad y rapidez en hospitales y clínicas. Sin embargo, toda persona dedicada al diagnóstico de lesiones óseas y musculares conoce la importancia de distinguir un esguince de una tendinitis y de una fractura mayor o menor.
El esguince de tobillo solo se da cuando un ligamento es la parte afectada. Muy diferente es el caso de la tendinitis en el cual la parte afectada consiste en un tendón, es decir, en una unión entre hueso y musculo. Mientras que un esguince puede generarse por un incidente único como una caída, la tendinitis suele ser causada por el exceso de actividad física, generándose una inflamación.
Por otra parte, en ciertas ocasiones pueden darse fracturas en huesos que se encuentran al nivel del tobillo tales como el quinto metatarsiano y la parte anterior al calcáneo. En tales casos una resonancia magnética (RM) suele ser una solución para obtener un diagnóstico definitivo.
Tratamiento y recuperación del esguince de tobillo
Es muy poco probable que un esguince de tobillo requiera de intervención quirúrgica, por lo general su tratamiento consiste en reposo, fisioterapia y consumo de antinflamatorios. Es muy importante tratar prontamente una lesión en el tobillo para que la misma no se complique a futuro. Para ello podemos tomar las siguientes medidas:
- Aplicar hielo por 20 minutos cada 2 o 3 horas en la zona afectada
- Tomar algún analgésico o antinflamatorio y mantener elevado el pie para reducir la inflamación
- Si no es posible soportar el peso propio, es necesario inmovilizar el pie y mantenerse en reposo entre 48 y 72 horas hasta que se presente una mejoría significativa.
- Realizar ejercicios de movilidad del tobillo para facilitar la recuperación y fortalecimiento de los ligamentos afectados.